Los procesos de depuración de agua consumen mucha energía.
En las naciones que las tratan de forma sistemática el consumo energético es de un 5% del total de la energía gastada.
El investigador Bruce Logan de la Universidad Estatal de Pensilvania, en asociación con la National Science Foundation (NSF), ha decidido darle la vuelta al proceso de depuración y convertirlo en un generador neto de energía.
Para ello utiliza bacterias que aprovechan directamente la energía contenida en la materia orgánica e inorgánica que aparece en las aguas negras.
Ha desarrollado células de combustible bacterianas que degradan la basura y liberan electrones, debido a su actividad metabólica. Los electrones son dirigidos y acumulados en fibras de carbono que forman parte de las células de combustible.
La energía acumulada se puede utilizar posteriormente de forma convencional directamente; o ser aprovechada para producir hidrógeno.
El investigador asegura que si se trabaja a una escala mayor el proceso es rentable.
Bruce Logan comenzó utilizando barras de grafito y catalizadores de precio elevado como el platino. Actualmente ha eliminado los metales preciosos de sus prototipos para hacerlos rentables económicamente.
También está trabajando con una variación del sistema que utiliza agua salada. Con ello pretende conseguir simultáneamente tres cosas: desalar, potabilizar el agua y obtener energía.
Según sus estimaciones sus células de combustible basadas en los microbios estarán en el mercado en unos 10 años.
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